Generalmente pensamos en proteger nuestro cuerpo de los rayos del sol sólo cuando vamos a la playa. Lo cierto es que bien sea durante la jornada de trabajo en la ciudad, en un viaje a la montaña o el campo, el cuidado de la piel debe extenderse a todos los días, pues a la larga, la exposición a los intensos rayos solares puede causar daños visibles y no visibles en nuestra piel.
Aprender a cuidar la piel para evitar quemaduras y protegernos de cualquier alteración o del cáncer de piel (en el peor de los casos) es muy fácil, seguir estos pasos y hacerlos parte de tu de tu rutina diaria es algo que a la larga tu piel y cuerpo lo sabrán agradecer.
- Según la Organización Mundial de la Salud, lo primordial que debemos hacer es evitar la exposición al sol en las horas centrales del día. Esto quiere decir que los rayos UV son más fuertes desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. La OMS recomienda tener especial atención durante el mediodía.
- ¿Tienes cerca un árbol, una palmera o un toldo? Es recomendable aprovechar su sombra cuando los rayos solares se encuentran en su punto más intenso. De esta manera y unido al punto anterior, las actividades que puedan hacerse bajo techo pueden ser dejadas para las horas donde los rayos solares son más contraproducentes para nuestra piel.
- Utiliza protector solar. Cada día es más frecuente ver en las repisas de los mercados que los productos de belleza contienen protección anti rayos UV. Este es un factor importante para quien no guste de los protectores solares que suelen ser grasosos. Otras personas no usan protector por su lenta absorción y color blanco, pero esto puede ser solucionado rápidamente usando un protector spray o de rápida absorción. Expertos indican que aunque no se esté expuesto a la irradiación todos los días, los rayos siempre están presentes. Utiliza un protector con un FPS mayor a 30 diariamente. Si estás en la playa colócalo media hora antes de la exposición solar y renuévalo cada dos horas.
- Las prendas de vestir, los gorros, sombreros y los lentes de sol, siguen siendo los elementos básicos para proteger la piel. Usa ropa holgada que cubra la mayor parte de tu cuerpo. No dejes de lado las partes más sensibles como tus ojos y cuero cabelludo, puedes protegerte con lentes de sol que tengan protección anti rayos UV y un sombrero.
- ¡Bebe mucha agua! Mantenerse hidratado es importante en cualquier época del año. Beber agua y utilizar cremas humectantes, ayuda a nutrir la piel y evitar la resequedad producida por el sol y otros factores de la vida diaria.
Recuerda que el sol es indispensable para la vida y que una exposición de varios minutos es suficiente para actuar sobre nuestro ánimo y aportarnos vitamina D.