Los errores forman parte de la vida de todo ser humano. Resistirse a cometerlos es no evolucionar como individuo. Con la premisa de que ‘errar es de humanos’ debemos ser conscientes de que cada aprendizaje es vital para enfrentar situaciones complejas en el futuro.
Cada prueba que se nos pone en el camino es un peldaño a la madurez y nos fortalece de acuerdo a su dificultad. Aunque de momento pensemos que es el fin de todo, de nuestra felicidad, de nuestra vida, la verdad es que cada tropiezo es el inicio de la sabiduría y el puente a nuestro desarrollo personal.
Las situaciones adversas durante nuestra vida nos blindan para el futuro. Nos hace mucho más conscientes de las cosas que nos rodean y nos arman de valor para afrontar problemas mayores evitando los futuros errores. En todo caso, cada episodio malo en nuestra vida nos enseña que:
1. Eres más fuerte de lo que creías
Levantarse y seguir hacia adelante no es una elección. Cuando aprendemos que esto es así nos damos cuenta de que podemos superar todo lo que se nos atraviese en el recorrido por la vida. Cada caída es motivo para levantarse y llenarse de ímpetu para vivir en paz con nosotros. Nadie dijo que sería fácil pero siempre valdrá la pena intentarlo, una y otra vez, siempre que toque hacerlo.
2. En los peores momentos es que sabes quién es quién
Cuando todo parece ir viento en popa, las personas fácilmente llegan a nuestra vida para ‘compartir’ en nuestra felicidad. Pero, realmente las personas más auténticas y valiosas para formar parte en nuestra vida son las que están con nosotros pase lo que pase y nos sirven de bastón cuando el mundo parece derrumbarse frente a nosotros.
3. Las cosas tienen un nuevo significado para ti
Lo que antes te parecía imposible de que te sucediera justo a ti, fue lo que primero te pasó. Pero eso no importa, lo que realmente cuenta en este caso es que tu vida no volverá a ser la misma porque verás todo con una nueva perspectiva, quizás más emocional que antes y eso es muy bueno.
4. Aprendes que la vida es un azar
Tras un fracaso que llega inusitadamente comprendes que nada está dominado por nadie. El ‘todo está bajo control’ no es del todo cierto, pues existen cosas en la vida que pueden terminar muy distinto a lo planificado.
5. Tu nivel de empatía crece
Como ya nada es como antes, sabes cuánto puede doler una ruptura amorosa, una pérdida y fracaso en cualquier área de tu vida. Te vuelves más comprensible y receptivo con las personas que sufren cosas similares a las que tú… Y eso te hace más humano.Ahora te enfrentas a tus errores de una manera más fuerte y los superas más rápido.