Mensaje Sobre la Libertad de Expresión

En respuesta a una persona muy allegada que comenta mi nota anterior Sobre la Libertad de Expresión, que me compara con Jorge por mi espíritu crítico, alimentando el debate, quiero decir que:
Creo que se puede tratar en este caso dos asuntos por separado y luego acoplarlos para opinar. En esto comparto contigo. El Papa Francisco también ha dicho: “Matar en nombre de Dios es una aberración. Pero tampoco se puede provocar ni insultar la fe de los demás…”
Yo no soy Jorge, en tanto he tratado de ser cada vez más respetuoso con los demás. No soy religioso y por tanto comparto con mis congéneres del mundo occidental un trasfondo cultural laico, civilista, no proclive al fanatismo o fundamentalismo religioso sobre la guerra santa de los musulmanes ni el fundamentalismo sobre la libertad individual en términos absolutos más no universales de los occidentales cuando de defender  sus  intereses se trata, fundamentalmente económicos.
Para cualquier citadino de occidente, que se sienta ciudadano del mundo, sin valores éticos que no se puedan defender racionalmente, le es difícil entender la reacción natural de un islamita con valores fijos acogidos no tanto racional como emocional, pasionalmente. Sus valores ético-religiosos son sagrados y por ende están por encima de la vida o de la muerte terrenal.
Se sopesa el divertimento de los inteligentes periodistas ridiculizando valores sagrados,  contra la defensa de quienes se sienten ofendidos con el goce de los satíricos franceses. Los islamitas no ven  posibilidad de contener y mucho menos de castigar en occidente esta acción, para ellos condenable, así que sacrifican su propia vida castigando en este mundo al ofensor.
Qué puedo hacer si veo una colmena de abejas y sé que si me acerco y las trato de molestar con una astilla ellas van a salir a picarme y me pueden hasta causar la muerte? Si los franceses a sabiendas de la forma de reaccionar los islamitas los provocan tienen que asumir las consecuencias, más cuando el castigo puede generalizarse tanto para los actores de la burla como para quienes salieron a defenderla; mofarse de los iconos religiosos islámicos nos ponen en riesgo a quienes vivimos en occidente. Que no hay que intimidarnos y seguir provocando la reacción de las abejas, tampoco es una decisión con fundamento racional.
Hay quienes están pensando que estas provocaciones no son espontáneas de un audaz caricaturista sino que responden a una política de quienes quieren sacar provecho en este mundo confuso y revuelto de oriente. Liquidar a los sectores más radicales contra la dominación occidental les facilita a sectores de occidente afianzar tal dominio. Bien vale tener en cuenta para este análisis que el Papa Francisco se preocupa por las comunidades católicas que comparten territorios con comunidades islámicas y que el Presidente Obama al tiempo que ha condenado el acto terrorista ha sido cauto en la defensa de las burlas de la revista francesa.
Este es un tema muy complejo, creo que hay que seguirlo de cerca. Están por pasar grandes acontecimientos sociales y políticos en el mundo, quizá podamos no solamente verlos sino entenderlos.

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