Cada vez que usted sale a la calle, está siendo monitoreado por cámaras de seguridad en vivo. Si entra en una cafetería y va a pagar, está siendo registrado en una cámara de vigilancia. Vaya a una tienda por departamentos, y es muy probable que apenas pase por la puerta ya su cara esté grabada en sus archivos. Por lo menos uno o dos de sus vecinos tienen instaladas cámaras de seguridad ocultas que lo graban cuando usted camina alrededor de su barrio, y en muchas ciudades “controlan” el tráfico mediante cámaras colocadas en las principales intersecciones. La pregunta ya no es si usted está en cámara, sino el número de ángulos diferentes en que ha sido capturado en su día a día….
Con tanto monitoreo llevado a cabo a diario, y con la creciente y rápida “puesta en línea” de más sistemas de seguridad cada año, es natural que la seguridad de estos sistemas esté siendo descuidada, y que muchas de estas cámaras estén “inseguras” o sin contraseña. Debido a todo esto, es posible que cualquier persona con un acceso a Internet pueda ver, literalmente, miles de cámaras en línea a través de Google aún sin ningún conocimiento de redes. Con solo un poco de tiempo y paciencia, se puede acceder a las cámaras de seguridad de un conjunto residencial dado, y así ver, manipular el enfoque o mover el ángulo de la misma. Es obvio que sí usted puede hacerlo, cualquier otra persona lo podrá hacer también.
Todavía se siente seguro?
La vigilancia en Internet Aunque las cámaras IP son relativamente nuevas en el mercado de vigilancia, estas han tomado fuerza rápidamente y han logrado captar una gran cuota de mercado hasta el punto de ser la primera elección entre los consumidores frente a las cámaras analógicas tradicionales. En un sistema analógico, todas las cámaras necesitan ser conectadas a un sistema central de registro con cable analógico (por lo general RG-59 o RG-6 coaxial). La instalación puede ser una pesadilla financiera y práctica, sobre todo en las grandes propiedades donde puede haber cientos o incluso miles de metros entre las cámaras y su estación base. Las cámaras IP a menudo presentan una alternativa atractiva.
Utilizando la misma base tecnología que utiliza su computador, las cámaras IP obtienen su propia dirección IP y transmiten vídeo directamente a lo largo de una red sin necesidad de conectarse a un DVR o la plataforma de control. Los sistemas más grandes pueden integrar múltiples cámaras IP, junto con un NVR (Network Video Recorder) que se conecta la misma red y graba los vídeos de múltiples cámaras al mismo tiempo. Esta capacidad puede abaratar los costos de instalación en varios miles de dólares en los grandes sitios ya que las cámaras analógicas requerirían cables muy largos o complejos.
Además, las cámaras IP ofrecen beneficios adicionales como una resolución más alta (en algunos modelos de 10 megapíxeles o más) y una plataforma más universal de trabajo. Una vez que una cámara IP está instalada y en línea, los usuarios pueden acceder a ella utilizando su propia dirección IP interna o externa, o mediante la conexión a su RMN (o ambos). En cualquier caso, los usuarios sólo necesitan cargar un simple applet en el navegador (normalmente Flash, Java o ActiveX) para ver la señal de vídeo en vivo o previamente grabada, se puede incluso controlar la cámara o comprobar su configuración.
Al igual que con cualquier otra cosa conectada a Internet, un efecto secundario inmediato es que la seguridad en línea se convierte en un “dolor de cabeza” desde el mismo momento en que la conexión se establece. Aunque la mayoría de los NVR requieren nombres de usuario y contraseñas para el acceso, muchas cámaras individuales no lo requieren. Un NVR puede tener la contraseña más avanzada imaginable, pero si sus cámaras remotas están en línea y sin protección, cualquier persona con un navegador web puede pasar por alto la seguridad del sistema sin necesidad de hackearlo. Independientemente de donde se instala un sistema, si este está conectado a internet, es vulnerable. Todo lo que necesita es tiempo y algo de habilidad; con solo buscar en Google podrá obtener el acceso.
La siguiente captura de pantalla corresponde a la interfaz de una cámara común que tenía las “puertas abiertas”
Encontrar las cámaras IP con Google es sorprendentemente fácil. Aunque la información que el motor de búsqueda ofrece es únicamente una dirección IP y un nombre de la cámara o el modelo de la misma, esta información es suficiente para penetrar una amplia lista de cámaras IP de los sistemas de vigilancia de todo el mundo. El secreto está en la búsqueda en sí misma. Aunque en una búsqueda normal de Google, normalmente no se encontrará nada fuera de lo común, combinando las etiquetas de búsqueda avanzada (“intitle”, “inurl”, “intext”, entre otras) con los nombres de cámaras de uso común o fragmentos de URL, los resultados nos arrojarán enlaces para ver vídeo en directo desde miles de cámaras IP.
Por ejemplo, una búsqueda en Google de “Axis 206M” (una cámara IP de 1,3 megapíxeles marca Axis) devolverá resultados de páginas donde podremos encontrar las hojas de especificaciones, manuales y sitios de tiendas donde podemos comprar la cámara. Al cambiar la búsqueda a “intitle: ‘Live View / -AXIS 206M’”, Google devuelve 3 páginas de enlaces para cámaras de este modelo que están en línea y donde podemos ver los vídeos.
Algunas cámaras son aún más fáciles que eso. Por ejemplo, aunque una búsqueda para “intext:’MOBOTIX M10’ intext:’Open Menu’” nos dará una lista de enlaces directos para cámaras M10 que están en línea y listas para ser espiadas, sí sólo buscamos “Mobotix M10 ” (la marca y el modelo de la cámara), Google devuelve básicamente los mismos resultados.
Aunque algunos de los enlaces a estas cámaras están protegidos con contraseña existen muchas que están deliberadamente abiertas para el público.